lunes, 4 de marzo de 2013

Punta Escarra, corredor Norte

¿Por que haces montaña? es la pregunta que a todos nos han hecho alguna vez, y  sabes que no hay explicación válida que sirva para que la otra persona pueda entenderte. De la misma forma podríamos plantear ¿por que dejaste de hacer montaña?.

Y aquí la respuesta aun es más enrevesada que la anterior ya que muchas veces ni nosotros sabemos que es lo que nos  llevo a esa situación: falta de tiempo, situaciones personales, incompatibilidad de fechas, meteorología.... Pero la montaña no es rencorosa y cuando vuelves te da justo aquello que siempre has buscado de ella, y entonces es cuando piensas ¿Por qué cojones habré estado sin hacer esto tanto tiempo.?

Llega un momento en el que coger la mochila, llenarla hasta que las costuras crujen, montar al coche y atravesar media España es lo único que tiene sentido para ti en ese momento.



Un momento en el que cualquier cena de 5 estrellas michelín no puede aportarte tanto como la que haces con tu hornillo.



Porque en ese momento, levantarte a las 4.30 AM es la mejor opción posible.


Por que sabes que la actividad empieza en el parquín de "Sarrios", pero una barrera te impide llegar en coche hasta el.

No pasa nada, tu ilusión esta intacta, te resignas y disfrutas de ese amanecer que tanto echabas de menos.



Solo tienes que empezar a caminar, tu objetivo esta ahora más lejos de lo que habías previsto, pero sigue estando ahí, y en el momento que lo ves, estar andando por una carretera del pirineo a las 7 de la mañana empieza a tener sentido.



Por fin llegamos al parquin de Sarrios, justo al mismo tiempo que una furgoneta. Esperando en el coche  hubiésemos llegado al mismo tiempo y nos hubiésemos ahorrado este desgaste físico. Pero no importa, incluso lo agradeces, porque sabes que así tu empresa tendrá más mérito.

Ahora solo tenemos que recorrer unas pistas desiertas que en cuestión de horas se convertirán en un hervidero de gente.



 photo 04.jpg


Una vez terminadas las pistas, nos tomamos un merecido descanso para ponernos los crampones, aligerar ropa. Empiezan a llegar esquiadores, hay que darse prisa, nosotros ya no pertenecemos a este mundo, el nuestro esta bastante alejado de estos telesillas.



Empezamos a crestear desde la Punta de las Tres Huelgas (2.308m) intentando no perder altura. Punta Escarra y la Pala de Ip hacen su aparición estelar, como si tuviesen que recordarnos por que estamos aquí.



Ya has caído en la trampa, desde este momento, tu mirada ya no puede separarse de estas cumbres.




Seguimos por el cordal hasta que decidimos bajar en busca del cono que da inicio al corredor norte.



El corredor ya esta ahí, llevamos una cordada delante, no vamos a tener problemas en seguir la huella.  Por fin vuelvo a sentir esa punzada en los gemelos que tanto tiempo ha estado ausente.




El corredor empieza suave y va cogiendo pendiente conforme vas ascendiendo.





Estamos subiendo a buen ritmo, y cuando nos queremos dar cuenta ya estamos afrontado la salida, las condiciones de la nieve son perfectas y la cornisa de salida casi inexistente.



Salimos del corredor y esto es lo que nos encontramos:




Jose Luis se lanza directo hacia la primera reunión.




Empiezo a dudar, no lo veo seguro. El tiempo inactivo hace que dudes más de la cuenta. Pero para eso están los amigos, por eso vamos con ellos, para que en los momentos de dificultad, sean ellos lo que te tiendan la cuerda y te ayuden a superar esa indecisión y esos miedos.




Recuerdas por que haces esto, y porque lo haces con quien lo haces, y así casi sin darte cuenta te empujan a la segunda reunión.







Ya se empieza a ver el final de esto, desde la segunda reunión.









Ahora si..... cima. Punta Escarra (2748m)


Ahora es cuando sabes que todo el desgaste físico, todos esos momentos de miedo, merecen la pena.





Recuerdas porque haces esto, y vuelves a recuperar la sonrisa y las ganas de hacer montaña.

Pero como siempre, la cima solo es la mitad, y aun queda unos cuantos rápeles para volver a la salida del corredor, y luego destrepar el mismo.







La bajada se hace larga, las horas pesan, y el cuerpo no esta acostumbrado a tantas horas de actividad.

Cuando llegamos al parquin de Sarrios, es noche absoluta No queda nadie que pueda bajarnos a por el coche, a si que nos volvemos a comer la carretera de bajada hasta  Sextas. El cuerpo se queja, no entiende el porque de este castigo, no entiende como justificar estas 14 horas y media de actividad.

Pero el cuerpo es solo eso, cuerpo. Yo si se porque merece la pena todo esto.




Hasta la próxima Pirineos. Prometo volver pronto.