martes, 24 de noviembre de 2015

Marató dels Dements

“Estamos en el año 28 después del nacimiento de Killian Jornet. Todo el panorama del trail running está ocupado por carreras organizadas con afán recaudatorio…. ¿Todo? ¡No! Una aldea en el corazón del Espadán resiste irreductiblemente a la invasión capitalista”.   

LA MARATÓ DELS DEMENTS: ESLIDA AL CEL DE L´ESPADÀN.



Es tan obvio que el trail running está de moda que no voy a entrar a intentar demostrar esta afirmación, solo hay que buscar el número de carreras que se organizan cada fin de semana para que este argumento se demuestre por su propio peso.

La cantidad jamás fue buena compañera de la calidad, cada vez proliferan más carreras chapuceras o con un claro afán recaudatorio en sus desorbitadas inscripciones. Este fenómeno creo que se ve más claro en las carreras de asfalto, pero poco a poco va introduciéndose en las carreras de montaña. Poderoso caballeo es don dinero.

 -Ha salido la inscripción de la Maratón dels Dements.
 -¿Qué cojones es eso?
Un carrerón por el Espadán, hazme caso y vamos a apuntarnos que esa carrera es como las de antes, tu fíate de mí.

Esta recomendación de un perro viejo como Charly y unos atractivos 3800+/- en 43 km fueron motivos más que suficientes para que no me lo pensase mucho para apuntarme con tantos meses de antelación. En esos momentos no era consciente  de que una simple inscripción se iba a convertir en un billete a Ítaca durante los próximos meses.


Un viaje cartografiado por nuestro mister Jorge Mañez, con Charly y Raúl como compañeros de abordo habituales y refuerzos esporádicos de miembros del Trail Villena con los que compartir remo en las galeras. Si Kavafis hubiese sido corredor de montaña hubiese resumido más o menos así los últimos meses.

Si vas a inscribirte a una carrera
Pide que la preparación sea larga,
Llena de aventuras, llena de entrenamientos.
No temas al farlek,  ni a las series de cuestas,
Ni al colérico ácido láctico,
Seres tales jamás hallaras en tu camino,
Si tu determinación es elevada, si selecta
Es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Pide que tus entrenamientos sean largos
Que sean muchas las mañanas de sábado
En que llegues sobre un mar de nubes
A montañas nunca antes ascendidas.

Ten siempre la carrera en tu mente
Llegar en tu pico de forma es tu objetivo
Más no apresures nunca el viaje.

Con lo que no contaba ni Ulises ni yo era con un agujero en el bote justo a 7 días de llegar a la costa. Un esguince en el último entrenamiento que amenazaba con tirar por la borda todo el esfuerzo de los últimos meses.


Con serias dudas de poder terminar la carrera y con la sensación de haber entrenado en balde me planto en la aldea gala de Eslida el viernes por la tarde.

La previsión de Charly se confirma, hay un ambiente de carreras de las de antes. Recogemos los dorsales en el bar Paquita, la encargada de repartir los elixires de la marmita.  Y entre brebaje y brebaje asistimos a la charla técnica y el briefing de carrera.

 Poco después miembros de la organización nos llevan al alojamiento que ellos mismos se han encargado de encontrarnos. El Forn Vell, apartamento rural propiedad de una atenta y amabilísima Carmen.

Son las 7:30 de la mañana en Eslida cuando da comienzo la última parada de este viaje que ha sido la Marató dels Dements. Salgo de los últimos y con un ritmo muy tranquilo con la intención de ir calentando el tobillo. Me hubiese gustado salir con mis compañeros pero mi batalla ahora mismo es intentar terminar la carrera.


Van pasando los km y el tobillo me transmite confianza en las subidas, las bajadas serán otra historia, pero de momento me siento fuerte. El problema es que al haber salido tan atrás y ser las sendas tan estrechas a penas puedo adelantar y llevo un ritmo inferior al que me gustaría.


Empiezo a ansiarme y desesperarme. Empiezan los tramos técnicos y el ritmo parece el de un grupo senderista del inserso. Intento adelantar, pero es bastante peligroso ya que tengo que salirme de la senda y pisar por terreno en el que el tobillo se resiente, además enseguida me encuentro con otros grupos en zonas técnicas donde es imposible adelantar y me vuelve a pillar el grupo al que he adelantado. Esta situación se repite en bucle y empiezo a frustrarme mucho.


No estoy disfrutando nada la carrera y es simplemente cuestión de actitud. Intento replantear la situación, hace unas horas soñaba con poder terminar la carrera y ahora estoy amargado y refunfuñando como un viejo gruñón por no poder llevar un ritmo más alto… soy un puto capullo, me recrimino a mí mismo.


Con estas llego al avituallamiento de Ain y durante unos 10 minutos disfruto de una soledad total en la que puedo incrementar el ritmo y notar esa sensación de quemazón en el pecho que tanto necesitaba. Esto me cambia el ánimo y me tomo con una filosofía diferente el tapón que se vuelve a formar en la parte final de la subida al pico Espadán. Las carreras son muy largas y al final siempre te ponen en tu sitio, aun quedan km y tendré ocasión de dar todo lo que me quede dentro, voy pensando durante la bajada.



De repente, me encuentro con Charly. Me sorprende mucho porque él está mucho más fuerte que yo y pensaba que lo tendría a estas alturas de carrera al menos una hora por delante. Hoy no le responden las piernas me comenta, decidimos terminar juntos la carrera.



A partir de este momento la carrera da un giro para mí, empiezo a disfrutarla y a ser consciente de lo capullo que he sido durante los km anteriores. Pasan los km y con esfuerzo nos plantamos en el último avituallamiento de  carrera. Qué ambiente, que fiesta, que trato a los corredores, como bien decía Charly… esto es una carrera de las de antes.


El hecho de haber guardado, me hace llegar bastante fresco a la última bajada y disfrutarla más de lo que esperaba, bajada espectacular en la que vamos viendo Eslida en todo momento. Entrada a meta y todo el esfuerzo de estos meses cobra sentido.

La Marató dels Dements te regalo un hermoso viaje,
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Más ninguna otra cosa puede darte.
Aunque pobre la encuentres, no te engañará Ítaca.
Rico y en saber y en vida, como has vuelto,
Comprendes ya que significan las Ítacas.
Han hecho falta 43km y 3800+/- para reafirmare en que al final el tiempo de una carrera es lo de menos, lo que antes se olvida. Al final son los momentos de los entrenamientos, los paisajes de la carrera y las sensaciones vividas lo que perdura. Después de todos estos entrenamientos soy mejor corredor, tengo lazos más fuertes con los amigos y la sensación de haber invertido muy bien mí tiempo.

Gracias a Jorge por prepararnos los entrenamientos, a Charly y a Raúl (que hizo un carrerón) por sufrirlos juntos. Y sobre todo a los organizadores dels Dements y al pueblo de Eslida por proporcionarnos una carrera como las de antes. Volveré seguro, Amunt Dements!

domingo, 25 de octubre de 2015

Agujas de la Balellaza - 350m - D+

Es viernes y parece que los efectos del puente aun no han llegado al refugio de Lizara. Solo unos cuantos valencianos poblamos el refugio. Este hecho nos permite disfrutar de una habitación para los tres solos.

La idea es hacer las Agujas de la Balellaza y terminar coronando el Bisaurín, pero ya veremos sobre la marcha en función de las horas de sol que nos queden.

Salimos del refugio de Lizara en dirección al refugio forestasl de Bernera.






Como dicen en las reseñas antes del llegar al refugio nos desviamos a la izquierda, primero por laderas herbosas y luego por pedrera hasta el inicio de la vía. Las agujas se muestran espectaculares desde abajo.



Al principio vamos un poco perdidos, pero intuimos lo que pueden ser unos hitos y emprendemos la subida por una pendiente perfectamente validad para practicar el piolet-hierba-tracción.





Una vez superadas estas pendientes tenemos una espectacular perspectiva de las agujas, sobre todo de la placa final del octavo largo.



Tenemos que flanquear las agujas por la pedrera para acceder al otro lado y buscar el comienzo de la vía.



Nos repartimos los largos a pie de vía. Gabi hará de primero los largos hasta el primer rápel y yo le tomaré el relevo hasta terminar la vía, de esta forma no perderemos tanto tiempo cambiándonos las cuerdas cada largo.

Nos equipamos, almorzamos algo y a por las agujas de la Balellaza.


El primer largo es el más difícil técnicamente de la vía. Entre que te pilla frío y que el paso es bastante raro e incomodo para hacerlo con la mochila el aceramiento es casi instantáneo.







Los dos siguientes largos los empalmamos hasta llegar a una reunión en una especie de collado donde ya se intuye que los largos irán cabalgando la arista.




En el cuarto largo ya nos montamos sobre el filomeno de la cresta para no dejarlo hasta el final de la vía. Pasos de IV sobre un patio que empieza a coger altura.










El quinto largo sigue la tónica del anterior, seguimos disfrutando de la majestuosidad del cuarto grado.


 



En el sexto largo alcanzamos la primera de las agujas del día, desde la cual un rápel de unos 10 m nos deposita en un estrecho collado donde empezaremos el séptimo largo.








A partir de este rapel me toca coger el cabo caliente de la cuerda. En este largo escalamos la segunda de las aguja. Tiene una travesía curiosa con un paso bastante fino para terminar con una chimenea bastante vertical.







Desde la cima de esta segunda aguja, tenemos otro rapel. Este rapel se podría evitar ya que el destrepe es de unos pocos metros, pero hasta que no te asomas y bajas un poco no te da la sensación de poder destreparse.





Desde la cima de esta segunda aguja podemos apreciar el largo que nos espera y que nos depositará en la cima de la tercera de las agujas.


Largo espectacular, solo por este largo merece la pena realizar esta actividad. Progresión de regletas con tendencia hacia la derecha, buscando el vació y con unos pasos realmente preciosos. Largo para navegar despreocupado disfrutando del simple hecho de escalar.






El largo finaliza buscando una chimena más tumbada con un clavo viejo para depositarnos en la reunión.





Se nota que ya hemos ganado altura y viejos conocidos asoman para saludarnos. Palas y Balaitus 


A partir de aquí la cresta suaviza y tenemos largos de cresta con pasos aislados de IV. Las vistas espectaculares.








En la siguiente imagen se ve a la derecha el collado que tenemos que alcanzar, pero antes aun nos espera una pequeña sorpresa.


Cuando crees que la cresta ya ha terminado queda un destrepe por una arista herbosa con la piedra bastante rota y una caída bastante interesante a ambos lados. No hay que perder la concentración hasta el final, así que me paro en un bloque intermedio y aseguro a mis compañeros al cuerpo.




Desde aquí ya por una pendiente de hierba subimos andando hasta una instalación de rápel que tras cinco metros nos deposita en el collado de la foto anterior, desde donde podemos continuar hacia el pico Fetas o bajar por la línea de rápeles. Nos quedan pocas horas de luz, a si que decidimos renunciar al Bisaurín y bajar más directos por la línea de rápeles.







Ya podemos guardar los trastos, disfrutar de las últimas luces sobre las agujas, y volver al refugio forestal de Benera por el mismo sitio que hemos venido esta mañana.




El croquis de la via:


Y la reseña de los largos en la página web de los equipadores:

http://senderolimite.blogspot.com.es/2013/08/inauguracion-oficial-las-agullas-de-la_1.html