Recogemos y desayunamos rápidamente, un poco culpables de que se nos hayan pegado la sábanas. Aun así sabemos que tenemos tiempo de sobra para realizar la jornada de hoy. Pero queremos terminar cuanto antes para evitar que nos puedan pillar las pronosticadas tormentas de la tarde.
Desde el vivac a la cima del Casco nos separa únicamente una gran pala de nieve. Los médicos aconsejan este tipo de pendientes para empezar la jornada, recién desayunado y con medio cuerpo aun invadido por Morfeo.
Aquí se aprecia claramente la subida que ayer realizamos al casco.
Y una multitud de madrugadores que quieren ser los primeros en ascenderlo hoy.
De aquí a la cima de Marboré este será el único contacto humano que tendremos durante todo el día. El buen tiempo ha sido un espejismo. Y al llegar a la arista cimera de la Torre un aire intenta tirarnos. El cabrón no nos abandonará durante todo el día.
Esto me hace pensar que pocas veces cuando consultamos la méteo tenemos en cuenta el dichoso aire. Miramos, vemos la probabilidad de precipitación y poco más. Al menos en mi caso. Hoy no será un excesivo problema porque la dificultad técnica es casi inexistente, pero para una ascensión un poco más comprometida... hubiese sido un gran problema.
Sin mayor dificultad que la lucha contra el viento y la estabilidad llegamos a la cima de la Torre de Marboré (3009 m)
Desde la cima de la Torre se baja por un terreno bastante llano, a rodear la base de la Espalda de Marboré, ya que esta no se puede atacar con facilidad de frente.
Hay que buscar una supuesta debilidad en la pared que mediante una serie de terrazas y después de unos 35m nos deposita en un terreno cómodo desde el cual, y con las manos en los bolsillos llegamos a la cima de la Espalda.
Esa al menos es la teoría. Pero no encontramos con facilidad esa supuesta debilidad en la pared. La nieve existente no facilita para nada la búsqueda, ya que gracias a los neveros y a la casi inexistente rimaya podemos acceder al muro rocoso desde cualquier altura. Tampoco hay huella y mucho menos hitos. A si que nos paseamos por toda la pared buscando la supuesta sucesión de terrazas.
Al fin Pedrós vislumbra lo que pueden ser unos hitos o simplemente un montón de piedras que se han desprendido. Decidimos probar suerte. Los diversos chorros de agua que caen no facilitan las cosas, y la mochila tampoco contribuye a que la estabilidad del cuerpo sea la óptima pero con calma y asegurando bien cada agarre cada pie se sube sin problemas.
Sin duda esta es la parte más expuesta de la jornada.
Ahora si... como afirmaba la reseña... manos en los bolsillos y a pasear tranquilamente hasta la cima de la Espalda de Marboré (3073 m).
La nieve es caprichosa y ha decidido dejarnos la cima con un adorno que difícilmente volveremos a ver.
Desde aquí, y hasta la cima del primer pico de la cascada solo hay un centenar de metros. Y en menos de cinco minutos estamos pisando un nuevo tresmil.
Pico Occidental de la Cascada ( 3095 m)
Desde aquí... hay que seguir crestando y realizar un destrepe, que nos deja en un collado desde el que ascendemos el Pico Central.
Pico Central de la Cascada (3106 m), se ve claramente el último pico de la Cascada y al fondo el Marboré.
Las vistas sobre la corona de Gavarnie son impresionantes.
De nuevo un poco de cresteo y enseguida nos encaminamos a la base del último pico de la Cascada y de las últimas dificultades de la jornada.
Después de una trepada por terreno bastante suelto. Llegamos al último pico de la Cascada.
El gran problema de esta absurda afición, es que aun no has terminado el objetivo de hoy y ya estas soñando con el siguiente.
En mi caso... la norte de la Torre. Habrá que ponerse las pilas para darse un paseo por una tal Ravier que la recorre.
Pero de momento vamos a terminar la faena de hoy. Pico Oriental de la Cascada (3161 m)
Y de cota a cota y subo el siguiente que toca.
Marboré (3248 m) Nunca había visto una cima más llana, invita a jugar una pachanga de futbol.
Terminado el coleccionismo por hoy, toca bajar a Goriz. Atravesar algun que otro nevero de considerable pendiente.
Navegar entre bloques de piedra.
E ir perdiendo cota
Hasta enlazar con la subida normal del Perdido a la altura de la ciudad de piedra.
Al llegar a Goriz ni rastro de las nubes. Se han quedado arriba y aun disfrutamos de una tarde soleada y sus correspondientes cervezas. Vuelta a lo de siempre. Montar el chiringuito.
Preguntar la méteo (nada esperanzadora) y estudiar el recorrido de mañana.
Por hoy ya esta bien. Repaso mental a lo realizado y a dormir. Mañana intentaremos finalizar con éxito esta salvaje travesía.
Este capítulo también me trae buenos recuerdos, aunque los nuestros con menos nieve y en zapatillas... Tiene cierta miga subirse a la Espalda de Marboré eh? Saludos y a ver cuando me pongo yo las pilas con lo de Perú....
ResponderEliminarPues la verdad... que en las condiciones que estaba todo.. tenía bastante toque invernal. Demasiados cambios de (pongo crampon, quito crampon). Tenemos que volver a por la norte de la Torre. Ya estoy buscando pareja. jeje. Perú y Murciélagos, que no se te olvide la última.
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