Esta jornada era la que más me atraía de toda la travesía. Me provocaba cierto nerviosismo y curiosidad la bajada desde el Perdido a la punta de las Escaleras, y desde ésta la bajada a Goriz.
Además tenia el plus de volver a ver Pineta y eso siempre es especial para mi. En cierta manera era terminar de subir todos esos pedruscos que año tras año ocuparon mis sueños en la infancia.
Pero el hombre propone y la naturaleza dispone. Demasiada suerte estábamos teniendo con la méteo y tarde o temprano se volvería en nuestra contra. Preguntamos en Goriz y nos anuncian que se esperan fuertes tormentas por la tarde y que entrará bastante malo a partir del medio día.
Aun así eramos optimistas. Y donde muchos verían una gran probabilidad de fracaso nosotros veíamos una pequeña probabilidad de éxito. Y esto aun nos motivaba más a intentarlo. Queriamos quemar el último cartucho, "all in" , darnos la vuelta si era necesario pero que por nosotros no quedase.
Nuestra baza era madrugar mucho e ir ligeros y rápidos. Siempre siendo conscientes de que era justo en la última parte de la jornada (la punta de las escaleras) donde menos debía pillarnos el mal tiempo.Decidimos intentar llegar a la cima del Perdido.. y allí ya veríamos.
Nos levantamos a las 4. Dejamos todo en una taquilla del refu y salimos a buscar el gr-11 que lleva al collado del Añisclo.
La temperatura es perfecta, pero el cielo ya esta teñido de nubes. Aun así seguimos avanzando.
Empieza a amanecer y ya vemos con claridad el primer objetivo del día.
El ambiente es un poco tétrico pero estos amaneceres también son espectaculares.
El camino discurre siembre bordeando la mole de la punta de las Olas. Solo hay que prestar atención en un cruce que debemos tomar a la derecha si no queremos terminar en el cañon del Añisclo.
Seguimos bordeando la punta de las Olas en dirección al collado del Añisclo hasta que aparece una debilidad en la muralla rocosa. Es aquí cuando nos desviamos. Es una chimenea bastante ancha que se sube con relativa facilidad.
Superada esta , una senda continua nos lleva por un eterno canchal hasta la parte cimera del macizo.
Al llegar a la parte final, el fuerte viento que nos a acompañado durante estos dias vuelve a hacer aparición. Pero esta vez con mucho mas ahínco. Tenemos que evitar el filo ya que el viento nos "vuelca" literalmente.
Aprovechamos un momento de claridad para disfrutar de las vistas sobre el macizo de la Munia.
Llegamos a la cima. Son las ocho menos cuarto y la cosa no pinta tan bien como esperábamos. Punta de las Olas ( 3002 m). Decidimos refugiarnos del viento, comer algo y ver si la cosa mejora un poco.
El fuerte viento alterna momentos de leve claridad con una nueva oleada de nubes. Parece que esta va a ser la tónica durante todo el día.
Valoramos la situación y tenemos bastante claro que hasta la punta de las escaleras es muy dudoso que lleguemos con estas condiciones. En este momento mi sentido coleccionista aparece. Una vez sabes que vas a tener que volver a por una cima, que más te da hacer dos que tres. Un tresmilista en serie no deja victimas. Hace el trabajo o no lo hace.
Podríamos haber hecho los Baudrimonts e incluso el Soum de Ramond. Pero carecía de sentido. Para que hacerlos en estas condiciones, sin disfrutar, sin poder echar buenas fotos y con este jodido viento. Para que si algún día tendremos que volver a pasar por ellos.
Aun así.... has madrugado, te has comido casi todo el desnivel, ahora empezaba lo bueno.... Cuesta renunciar. Mantienes la esperanza de que el tiempo va a mejorar. Esperamos un poco más, pero nada. La cosa incluso empeora.
Hay que saber perder. Asumir que no siempre esta todo en nuestra manos. Valorar que hemos hecho todo lo posible por completar la travesía. Pero cuando no se puede, no se puede. Lo demás es marear la perdiz.
Batirse en retirada y repetirse una y otra vez que las montañas estan ahí, y ahí van a seguir. No se las vas a llevar nadie.
Cambiar el chip y disfrutar de la bajada y del impresionante cañón del Añisclo que aparece completamente despejado para burlarse de nosotros.
Cruzarse con los menos madrugadores. Y saber que al menos tu te has esforzado un poco más en intentarlo.
Contemplar el avance del verano.
Y volverse una y mil veces para confirmar que la cosa no mejora y hemos hecho bien de bajarnos. Que se le va a hacer... necesito mirar cada cinco minutos para reafirmar la decisión de que hemos hecho lo correcto.
Jugar un poco con la cámara
Y descubrir los tesoros de Ordesa que aun guarda esta travesía.
Pero antes hay que bajar por las famosas clavijas.
Para poder contemplar la archiconocida cola de caballo. Siento ser un hereje pero me esperaba mucho más. Una cascada sin más.
Y la rutina de siempre. Mecánicos giros de cuello de 180º para comprobar que el marrón sigue ahí pegado y que hoy no era el día.
Siguiente punto turístico. Gradas de Soaso.
La bajada se me hace pesada. Es curioso comprobar como el cuerpo desconecta cuando sabe que todo a terminado. Los metros te parecen kilómetros. El camino no termina nunca. Incluso llego a pensar que los turistas que suben a la cola de caballo tienen más merito que los finisher del ultra trail del Mont Blanc. Eterno. Jodidamente eterno.
Al fin llegamos a los autobuses. La sensación es agridulce. Tengo demasiado reciente el abandono como para valorar justamente esta aventura.
Desde casa la sensación es completamente diferente. Han sido unos días cojonudos. En los que hemos conseguido lo que nos propusimos. Desconectar, andar hasta que nos saliese de los huevos, y parar a dormir donde y como quisiésemos.
Días de disfrutar de las cosas sencillas, de compartir mucho más que una línea en un mapa, de olvidarnos por un tiempo de los problemas cotidianos. Vivir en resumidas cuentas.
Gracias a Pedrós por aguantar durante estos tres diás esta absurda obsesión de tachar nombres en una lista.
Volveremos.
lunes, 26 de agosto de 2013
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Muy buena la trilogía de reportajes, Luis!! Como siempre con ese tono poético que te caracteriza...
ResponderEliminarEn peores sitios me he dado la vuelta y a esos intuyo que será difícil volver... (por ejemplo Mt. Kenya) Así que no te preocupes que no pasará tanto tiempo hasta que vuelvas como ocurrió cuando viste por primera vez la N del Perdido!!
Un saludo
El Mt Kenya me gusto, es cuestión de mirarlo ;). Esta claro que volveremos a por ellos pero a su debido tiempo, ya he tenido bastante Ordesa por este año. Ves preparando el material duro, que alguna cresta tendrá que caer antes de que termine el verano.
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