viernes, 30 de octubre de 2009

Cresta de los Besiberris

Los Besiberris, magnífica cresta enclavada en el Pirineo Leridano y elegida por Eduard para esta salida oficial está integrada por 3 o 5 tresmiles según el libro o mapa que se consulte: Besiberri Nord (3014 m), Besiberri del Mig Nord (3002 m), Besiberri del Mig Sud (3003 m) , Besiberri Sud (3030 m) y Comaloforno (3033 m), (cotas sacadas del libro “Tresmiles de los Pirineos” de “Desnivel”).De los cinco que en un principio ibamos a ser, al final el grupo quedó reducido a tres: Eduard, Jose Luis y yo,…buen número y buen equipo para crestear.Con la tranquilidad que dá la longitud del dia veraniego salimos sin prisa de Valencia con el único fin de llegar con luz a vivaquear a una buena cota. Tras una parada en el último pueblo, Barruera, donde organizamos material cuerdas y mochilas, y por supuesto,.. dimos buena cuenta de unas frías jarras de cerveza, fuimos hasta el pié de la Presa de Cavallers donde tras dejar el coche y hacernos la foto de rigor, iniciamos la subida.



Tras bordear el pantano de Cavallers, la senda se bifurca entre la que va al Refugio de Ventosa Calvell o la que gira a la izda comenzando una progresiva subida junto al barranco de Malavesina y enfilando hacia el Besiberri Nord.

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Tomando esta última llegamos en 2 h. 15´ , desde el coche, hasta el lago de Malavesina, al pié de la cresta y a una cota de 2.490 m. aprox. Son las 20:15, una hora perfecta para preparar la cena, montar el vivac, … y planchar la oreja.




A las 6:45 un magnífico día nos despertó ofreciéndonos como regalo una cresta despejada la cual nos invitaba a treparla, aunque bien es cierto que desde aquí uno no se podía hacer una idea de la longitud de la misma, ya que solo se veía la mitad,…desde el B. Nord hasta los B. del Mig.Una vez desayunados, guardamos todo lo que no fuera necesario en las fundas de vivac, lo escondimos entre las rocas y sobre las 7:30 nos pusimos en marcha.




















Bordeando el lago por la derecha, una senda bien marcada nos lleva en apenas 1 h, y tras salvar un desnivel de unos 400 m. hasta el mismo pié del B. Nord por su lado derecho (o norte). Es aquí, sobre la cota 2.900 aprox. donde sacamos el “ajuar montañero”, nos ponemos “monas”,..y comenzamos una trepada que en 20´ nos dejará en la primera de las cimas del día, la del Besiberri Nord con 3.014 m























Si bien esta primera trepada no es de excesiva dificultad, hay que tener mucho cuidado ya que la roca, y esto será constante en toda la cresta, está muy descompuesta lo que nos obligará a fijarnos mucho en donde ponemos las manos. La propia senda nos lleva al pié de un diedro (IIIº), que aunque no es aéreo si es algo expuesto y que tras el cual ya solo nos quedará algo de trepada hasta la cumbre.

























Una vez en la cumbre del B. Nord, se obtiene una visión general de toda la cresta. A partir de aquí comienza lo que viene siendo “crestear”, es decir : al igual que en la vida, aplicar el sentido común para encontrar un camino entre lógico y divertido. La dificultad te la vas marcando tu, según intentas ir más ceñido a la arista o bordeándola un poco, salvo determinados pasos en los que no te queda más remedio que pasar por ahí,.. sí o sí. Aún así, la atención tiene que ser absoluta, ya que en la mayoría de pasos no vas encordado al no ser estos muy difíciles pero en los que un resbalón, un mal agarre o un apoyo que se desprenda puede acabar en una caída de muchos metros.En nuestro caso, fuimos combinando un poco la dificultad, unas veces flanqueábamos por la derecha (la parte de sombra u oeste), donde existe una especie de ruta, y otras cuando veíamos una trepada interesante, buscábamos la arista trepando por algunos “gendarmes”.






A los 40´de salir del B. Nord nos encontramos con el único paso donde utilizamos la cuerda para escalar, que si bien, no era de una gran dificultad (IIIº), decidimos asegurar, por lo expuesto de la caida. Además, como dijo Rebuffat: “ Amamos la dificultad, no el peligro”





Sobre las 10:00, una hora desde que salimos del B. Nord, y antes de llegar a los del Mig, nos encontramos con el único rápel que hicimos en el día. Tendría unos 25 m. y la instalación se componía de dos cordinos y un maillón instalados este mismo año.




















Una vez se corona el B. del Mig Nord, 10´más tarde se corona el del Mig Sud. A continuación se destrepa hasta el collado del Pas de Trecazes (2.910 m.), donde en caso de tener que abandonar por algún contratiempo este seria un buen lugar, si no,..siguiendo los mojones existe un camino de ascenso por el lado izquierdo en el sentido de avance del recorrido (lado este). Nosotros, aquí pasamos del camino y tiramos por unos apetecibles bloques de granito cuyas fisuras invitaban a escalarlos, iniciando así una bonita trepada hasta el Besiberri Sud.


















































































Como el parte metereológico daba un empeoramiento por la tarde, no lo demoramos mucho, unas barritas, una foto y a continuar. Desde aquí llegar al Comaloforno se intuye más peligroso y largo de lo que realmente es. El destrepe desde arriba puede parecer difícil, pero siguiendo los mojones (no confundir con los que bajan al collado d´Abellers al oeste), llegamos al pié de la última cumbre del día. Una breve y algo expuesta trepada y estamos en la cima del último tresmil del día el Comaloforno. Eran las 13:15 h. y habiamos tardado 4 horas desde que saliéramos del Besiberri Nord.



Como el tiempo estaba empeorando, desistimos de llegar hasta la Punta de Passet. Descansamos un poco contemplando el paisaje, comimos algo y comenzamos la bajada.Primero se destrepa hasta el colladito que queda entre el Comaloforno y el B. Sud, y a partir de aquí iniciamos el descenso hacia el este por una pedrera muy empinada en la cual hay que tener mucho cuidado. En cuanto se pueda, se sale de la pedrera por el lado izdo hacia roca más compacta. Sin perder mucha cota, se va buscando hacia la izda (noreste) la divisoria que baja hacia el lago de Malavesina. Este camino de descenso no está marcado con lo cual hay que ir intuyéndolo.Una vez en el lago, ya chispeando y con las nubes cerrándonos, recuperamos el material escondido, cargamos “las alforjas” y continuamos el descenso hasta el coche en la Presa de Cavallers.





Ni que decir tiene que la cerveza que nos tomamos en el pueblo nos supo a gloria…Al día siguiente y tras haber vivaqueado en un pradito junto al río, fuimos a escalar a unas vías instaladas junto al camino que bordea el embalse, tampoco pudimos hacer mucho ya que la mayoría de ellas nos superaban en grado, así que nos quitamos un poco el mono y volvimos para casa.

Texto y fotos de Jose Luis.