martes, 12 de enero de 2010

Cresta de la Munia "La ratonera de Gerbats"

"Allá donde las casas, y después los árboles y , a continuación, la hierba desaparecen, nace un reino estéril, salvaje y mineral; sin embargo, en su pobreza extrema, en su desnudez total, ofrece una riqueza que no tiene precio: la felicidad que se descubre en los ojos del os que lo frecuentan."

La idea original, era aprovechar bien el puente y realizar viernes y sábado la cresta de la Munia y dejar para el domingo-lunes la cresta del Bachimala, pero por los motivos que mas adelante veréis solo pudimos realizar la cresta de la Munia.

Salimos de Valencia el Jueves con la intención de llegar a vivaquear a los lagos de la Munia, para si poder realizar la cresta en un día, un ataque ligero que nos proporcionase mayor ligereza y velocidad. Pero al llegar a Bielsa nos recibió un buen aguacero y decidimos dormir en el refugio de Pineta y madrugar al día siguiente.



Viendo que de esta forma no nos daba tiempo a hacer la cresta en un día y volver a los coches decidimos coger material de vivac y pasar la noche cerca de la cabaña de Aires. A si que al final como siempre cargamos mochilones .

La pista que sube hasta la fuente de Petramula esta en perfectas condiciones y se sube con relativa comodidad. Dejamos los coches y por fin empezamos a caminar. Nada mas dejar el coche hay que seguir la pista forestal y en el primer giro a izquierdas coger una senda que sube hacia la derecha. Por esta, vamos remontando todo el barranco hasta llegar a los lagos de la Munia.







El paisaje es espectacular, lástima que las nubes solo nos diese unos segundos para poder disfrutar.


Desde los lagos hay que remontar la ladera por una senda bastante evidente que nos deja en el collado de la Munia. Para nuestra sorpresa, toda la arista esta tapizada de nieve, y en los tramos en los que el sol aun no ha calentado hielo.


Panorámica de la Cresta que vamos a realizar


La ascensión hasta llegar al paso del Gato se hace más penosa y peligrosa de lo que pensábamos y tenemos que aumentar la precaución.



El paso del Gato, esta equipado con una cuerda fija. El paso no tiene ninguna dificultad y no es expuesto, en caso de caída hay una repisa a escasos dos metros.



Después de superar el paso del gato, aun nos queda recorrer un largo trozo de arista hasta llegar a la cima de la Munia. El hielo nos ralentiza bastante el camino, ya que hay que afianzar bien cada paso.




Cima de la Munia (3133 m)


Desde la Munia, hay que recorrer un tramo de arista que en breve nos deja en la pequeña Munia (3096m).



Desde la pequeña Munia, podemos bajar tranquilamente hacia sierra Morena. La cresta se hace muy ancha y se agradece poder bajar la guardia durante un rato.
En el descenso nos cruzamos con un francés que la esta realizando en solitario y en sentido inverso.

Lo que hemos recorrido desde la Munia hasta Sierra Morena


Una vez en Sierra Morena, hay que buscar el rapel que nos deje en el siguiente collado. Según las reseñas, hay que destrepar unos metros antes de encontrar la instalación, a si que nos acercamos a echar un ojo.


Menuda ostia hay a los dos lados, y encima no se intuye donde puede estar el rapel, decidimos no arriesgar mas de la cuenta y me aseguro para hacer el destrepe. También me quito el mochilón ya que me desequilibra bastante, luego esto resultaría un problema que nos haría perder un tiempo que luego echaríamos de menos.

Por fin en la instalación del rapel, es un clavo que no da mucha confianza ya que se mueve bastante.


El rapel es expectacular, tiene un patio alucinante a los dos lados, pienso en el francés que nos hemos cruzado y se me ponen los pelos de punta, el tio ha subido por ahí sin cuerda, el solo y con toda la roca tapizada de nieve. “Hay gente con muchos huev..”








Desde el collado donde nos deposita el rapel hay que trepar un poco, y enseguida se llega al pico de Troumuse.




A partir de aquí y hasta la punta de Aires, la cresta se vuelve aérea y afilada.



El terreno no es que sea difícil, pero tampoco es muy evidente, hay miles de caminos posibles , casi todos ellos con un patio bastante considerable. En este tramo hay un destrepe bastante expuesto y que suele aparecer en todas las reseñas.


Desde la punta Aires solo queda un pequeño paseo hasta el último tresmil de la jornada, el pico Heid.


Desde el pico Heid, podemos ver claramente lo que hemos recorrido durante todo el día.


Cima del pico Heid (3028)


La bajada del pico Heid se hace por una senda ancha, pensamos que ya hemos terminado con las dificultades, aunque la noche se nos acerca y la niebla esta empezando a cubrirnos.

Había leído en una reseña que había que atravesar los tubos de Gerbats, que tenían bastante patio pero se pasaban fácilmente. A si que con el pensamiento de que las dificultades habían cesado fuimos avanzando hacia los tubos. Para entonces la niebla ya nos había cubierto y la visibilidad se redujo a unos 5 metros.

Al caer la noche nos pusimos los frontales, pero como sabéis la luz refleja en la niebla y no se ve una mierda. Con estas seguimos andando hasta que sin darnos cuenta nos metimos en medio de un tubo. Fueron momentos muy tensos, ya que todo estaba muy suelto y con la humedad de la niebla se había vuelto todo muy resbaladizo.

Miro a mi alrededor y todo esta mojado y suelto, no veo el patio pero lo intuyo. Se que el mínimo fallo me depositará instantáneamente 400 m hacia abajo. El cuerpo se paraliza, la respiración se corta y pienso que si no me muevo puedo pasar ahí la noche. Pero este pensamiento es absurdo, no estoy nada cómodo y no aguantaría aquí tantas horas. Hay que volver a terreno firme como sea.

Con la ayuda de la indicación de mis compañeros y sus movimientos de frontal para indicarme su posición vuelvo poco a poco a terreno llano. Por hoy no se puede hacer más. Decidimos pasar la noche y mañana con la claridad del día buscar el camino bueno.

La noche es larga y tarda bastante en amanecer. El día amanece con niebla y llovizna. Decidimos desayunar tranquilamente y luego ya veríamos.


El camino para cruzar el tubo no se intuye. El terreno por el que vamos no es para nada una senda, pero como no había ninguna indicación de dificultad en la reseña pensamos que al llegar al contrafuerte del tubo habrán terminado las dificultades.

En un momento que despejo un poco la niebla, vimos la silueta de un rebeco en el extremo del tubo, por lo que nos animamos bastante a cruzar, pensando en que a partir del final del tubo la senda se volvería ancha.

La roca estaba muy mojada y un resbalón significaba caer por un tobogan de piedra de 400m. Con todo el cuidado del mundo fuimos cruzando por donde lo vimos mas o menos evidente. El avance era penoso, todo eran piedras sueltas y hierva mojada. Con muchos apuros y arriesgando mas de la cuenta conseguimos llegar al extremo del tubo.



Para nuestra sorpresa, en vez de encontrar la soñada senda nos topamos con otro tubo mucho mas vertical que el que acabábamos de pasar. Y lo peor de todo, se intuía que habían 2 tubos como mínimo mas.

En el tubo anterior habíamos arriesgado mas de la cuenta, el terreno estaba muy mojado y no era muy difícil resbalar. Además el peso de la mochila era considerable y nos desestabilizaba bastante. Teníamos demasiadas papeletas para que uno de nosotros resbalase y apareciese 400m mas abajo.

Para aumentar la tensión empezó a llover, y aun se cerro mas la niebla, por lo que decidimos esperar allí hasta que parase y luego ya veríamos como salíamos de la ratonera en la que nos habíamos metido. Justo en el espolón que une los dos tubos había una pequeña planicie donde solo cogía una tienda, a si que la montamos para no seguir mojándonos. Después de estar 5 personas en una tienda de 2 durante 1 hora decidimos intentar montar la otra tienda, porque tal y como pintaban las cosas íbamos a pasar allí el día.


Pensamos en llamar al 112 para preguntar si había alguna salida posible, veíamos un hito en el contrafuerte del siguiente tubo, pero no veíamos la forma de pasar por ahí. Siempre he pensado que el 112 es un número al que uno llama este donde este, que para eso es un número de emergencias, pero la sorpresa fue, que al no tener cobertura no podíamos llamar.

Este hecho nos puso bastante nerviosos, no habíamos pensado seriamente en un rescate, pero la idea de saber que no podíamos pedir ayuda en caso de querer ser rescatados aumento nuestra desesperación. Definitivamente esperaríamos allí hasta que mejorase.

Ya no nos quedaba agua, a si que pusimos todas las mantas térmicas a recoger agua. Conseguimos mas de 3 litros. Pasamos todo el día dentro de la tienda, dándole vueltas a la cabeza y pensando en ocasiones lo peor. Nos pusimos en el peor caso posible. Tener que esperar a que nos rescatasen si el tiempo no mejoraba. Era sábado, y como era puente, hasta el lunes por la noche, martes por la mañana, no nos echarían de menos por casa. A si que como mínimo tendríamos que esperar hasta el miércoles para que empezasen a buscarnos.

El agua no nos preocupaba, pero estar 5 dias sin comida era un tema bastante serio, a si que empezamos a racionalizar la comida, por si las moscas. El sábado en todo el día comimos una magdalena en el desayuno y un puñado de pasas por la noche.

Llegó el domingo y la cosa no mejoraba, la puta niebla seguía metida en los tubos y no se veía a más de dos metros. Empezamos a desesperarnos. Durante un momento despejo un poco y vimos que habían coches en el parking, quizás tuviésemos suerte y alguien nos viese. Empezamos a hacer señas con las mantas y a pitar con un silbato a ver si alguien nos veía.


El claro se mantiene unos minutos y esto nos anima a recoger las tiendas y cruzar el tubo.
Nos ponemos otra vez en faena, sabiendo que arriesgamos mucho pasando por ahí, pero todos tenemos ganas de irnos de los putos tubos de una vez. Este tubo nos cuesta mas que el anterior, ya que es mas vertical y todo esta muy descompuestos, a penas hay nada en lo que agarrarse mas que piedras sueltas.


Con mucha tensión, y con el pensamiento de que a cada paso te estas jugando el tipo conseguimos cruzar. Al llegar al extremo la visión no puede ser peor. Otro puto tubo aun más vertical, este si que acojonaba de verdad. Yo tenia muy claro que ahí no me metía. Era ya arriesgar mucho  y teníamos muchas posibilidades de que ocurriese algún accidente. Tampoco nos podíamos quedar allí, ya que este contrafuerte era mas afilado y no había espacio para montar las tiendas. A si que armándonos de valor y calma volvimos a cruzar el tubo para volver al sitio donde habíamos montado las tiendas.

Ahora si que teníamos decidido que íbamos a esperar allí hasta que alguien viniese a buscarnos. La idea de subir la pared y ver que había al otro lado del tubo la descartamos, ya que no sabíamos si la otra vertiente era una acantilado como esta. Llevábamos el mapa que llegaba justo hasta el pico Heid y esa zona no salia. También llevábamos el track del gps pero solo teníamos la cartografía española. Además que un margen de error de +/- 5 m en el track es estar en la pared o en el abismo, a si que no era fiable.


Cuando ya nos habíamos resignado a permanecier allí esperando 4 días mas. Oímos unas voces, empezamos a chillar como locos hasta que desde arriba, dos siluetas nos saludaron. “Eran Vascos” quien si no iba a andar por ahí un día como ese. Creo que nunca en mi vida me ha alegrado tanto ver a dos personas. Nos cuentan que por ahí arriba hay una senda muy ancha y que el otro lado es una especie de valle. A si que sin pensármelo dos veces empiezo a trepar hacia ellos. Fue una trepada de unos 20 metros y con algún paso de III, pero no importaba. En breve estaría fuera de los dichososo tubos.


Una vez arriba eche la cuerda y asegure a los compañeros.Decir que eso si que era una senda como dios manda, y que la otra vertiente no tenia ningún peligro. Los Vascos tal y como estaba el día, y después de ver lo que nos había pasado, decidieron darse media vuelta y acompañarnos en la bajada al valle.




Una vez abajo y ya más tranquilos, repusimos fuerzas 15´ y comenzamos la subida hacia el Col de la Munia. Son las 14:45 del domingo 11 de Octubre.

Desde abajo, da la sensación de que no es posible remontar el circo, pero a medida que vas subiendo te das cuenta de que si que hay paso posible,..eso sí!,..con fuerte pendiente.
A las 16:00 llegamos al paso más complicado, “Le passet”, una pared de roca de unos 10 m. que en las reseñas la clasifican de grado II, pero que para mi y debido a lo pulido de la roca podría ser perfectamente un grado III.


A partir, las dificultades técnicas han terminado. Una senda bastante pronunciada asciende hasta el collado de La Munia, el cual alcanzamos a las 17:00 h.

A las 19:10 h llegamos a los coches bastante cansados. Con el refugio de Pineta lleno,..la idea de pasar la noche en un hostal de Biescas tras una buena ducha,…y una buena cena,…no nos desagradó a ninguno.

Aventura que desde la comida del sofá se recuerda mucho más plácida, pero debo admitir que pasé los peores momentos en la montaña hasta la fecha. Algún día volveré a encontrar el camino bueno entre los tubos, o a demostrarme a mi mismo que lo que nos faltaba era experiencia y que no eran para tanto.